TEXTO EN GALEGO

Reaçom

Juana Rivas, Maria Sevilla…, e agora Patrícia González, estas duas últimas, mulheres pertencentes a Infancia Libre e que o jornal El Mundo, e outros médios de comunicaçom, colocavam nas primeiras páginas das suas ediçons junto a termos como “sequestro”, “denuncias falsas”, “sustraçom de menores”, “manipulaçom”, “pôr em contra do pai”…, Que lonje estamos dun jornalismo que garanta o direito à informaçom, argumentado e contrastado! Quanto queda por caminhar para que as crianças nom sofram constantemente, nos médios de comunicaçom, a vulneraçom dos seus direitos!  Que grande o desconhecemento que existe entre muitos profissionais do jornalismo, da situaçom das crianças vitimas de violencia sexual e as nais, que decidem denuncia-lo! Mas no caso do jornal El Mundo, nom se pode falar de desconhecemento, hai que falar de utilizaçom da imagem das crianças para praticar um jornalismo que vulnera o código deontológico para o exercício da profissom.

As denuncias falsas nom acadam o 0,01% de incidência segundo o Consejo General del Poder Judicial, mas a reaçom machista aos avances feministas na nossa sociedade, utilizam esse mantra para atacar às mulheres vitimas de violência machista, e contra às que denunciam violência sexual sobre as suas crianças.

Quando falamos de “sequestro” nestes casos, atopamo-nos com mulheres que num intento desesperado por proteger às suas crianças do suposto agressor, vulneram a lei. Nom estamos falando de sequestrar para fazer dano, pedir um rescate, obter notoriedade… Umha desacertada decissom numha situaçom de indefenssom e vulnerabilidade máxima. Mas a reaçom machista organizada, intenta confundir, a través dos médios, à opiniom pública, falando mesmo de tramas organizadas de “sustraçom de menores”.

Nom pode faltar neste tipo de novas a suposta “manipulaçom” que a nai exerce para posicionar à criança contra do pai. Um jeito de reconhecer o inexistente Sindrome de Alineaçom Parental (SAP), fantasiado nas mentes patriarcais e que se utiliza como argumento para impor às crianças um vínculo afetivo que nom desejam, e às nais o castigo por denunciar o que segue a ser um tabu na nossa sociedade: o abuso sexual infantil.

Esta nova detençom dumha nai que pretendia ocultar-se junto à sua filha para evitar o contacto co pai, denunciado por abuso sexual, nom podemos mira-la só como umha desafortunada interpretaçom da realidade. Hai dados que mostram que existe umha prática comum entre sectores do poder judicial, dos medios de comunicaçom, e de expressons políticas que pretendem frenar os avanços feministas e seguir deixando no privado a violência sexual contra a infáncia.

O proxecto de desmantelamento dos serviços de igualdade em Andalucia, as sentenças e justificaçons das agressons sexuais em grupo, os intentos de legalizar os ventres de aluguer, a pressom a través de alguns sindicatos para regularizar a prostituiçom…, som mostras de que assistimos a umha reaçom organizada e disposta a afiançar e recuperar privilégios.

As organizaçons em defensa dos direitos da Infancia, que atuam frente a esta situaçom, som um objetivo a bater. Um movemento moi novo, mas que logrou criar umha rede de colaboraçom, fluxo de informaçom e lançamento de alternativas (modificaçom e promulgaçom de leis, protocolos, boas práticas, aplicaçom de metodologias acaidas, formaçom de profissionais …), e que recolherom já algumhas conquistas. Este movimento, pese aos intentos de difamaçom e desqualificaçom, fica para quedar-se, porque é tempo de que a pederastia, o estupro, as perversas práticas de abuso e explotaçom sexual das crianças e adolescentes, sejam desterradas das nossas sociedade.

Lupe Ces, pertence à directiva de  AGAMME

TEXTO EN ESPAÑOL

Reacción

Juana Rivas, Maria Sevilla…, y ahora Patricia González, las dos últimas, mujeres pertenecientes a Infancia Libre y a quienes el periódico El Mundo, y otros medios de comunicación, colocaban en las primeras páginas de sus ediciones junto a términos como “secuestro”, “denuncias falsas”, “sustracción de menores”, “manipulación”, “poner en contra del padre”…, ¡Qué lejos estamos de un periodismo que garantice el derecho a la información, argumentado y contrastado! ¡Cuánto queda por caminar para que las niñas, niños y adolescentes no sufran constantemente, en los medios de comunicación, la vulneración de sus derechos!  ¡Qué grande es el desconocimiento que existe entre numerosos profesionales del periodismo, de la situación de las niñas y niños víctimas de violencia sexual y las madres, que deciden denunciarlo! Pero en el caso del periódico El Mundo, no se puede hablar de desconocimiento, hay que hablar de utilización de la imagen de los-las menores de edad para practicar un periodismo que vulnera el código deontológico para el ejercicio de la profesión.

Las denuncias falsas no alcanzan el 0,01% de incidencia según el Consejo General del Poder Judicial, pero la reacción machista ante los avances feministas en nuestra sociedad, utilizan ese mantra para atacar a las mujeres víctimas de violencia machista, y contra aquéllas que denuncian violencia sexual sobre sus hijos o hijas.

Cuando hablamos de “secuestro” en estos casos, nos encontramos con mujeres que en un intento desesperado por proteger a sus hijos e hijas del supuesto agresor, vulneran la ley. No estamos hablando de secuestrar para causar daño, pedir un rescate, obtener notoriedad… Una desacertada decisión en una situación de indefensión y vulnerabilidad máxima. Mas la reacción machista organizada intenta confundir, a través de los medios, a la opinión pública, hablando incluso de tramas organizadas de “sustracción de menores”.

No puede faltar en este tipo de noticias la supuesta “manipulación” que la madre ejerce para posicionar al hijo o hija contra el padre. Una forma de reconocer el inexistente Síndrome de Alineación Parental (SAP), fantasiado en las mentes patriarcales y que se utiliza como argumento para imponer a los niños, niñas y adolescentes un vínculo afectivo que no desean, y a las madres el castigo por denunciar lo que sigue siendo un tabú en nuestra sociedad: el abuso sexual infantil.

Esta nueva detención de una madre que pretendía ocultarse junto a su hija para evitar el contacto con el padre, denunciado por abuso sexual, no podemos mirarla únicamente como una desafortunada interpretación de la realidad. Hay datos que muestran que existe una práctica común entre sectores del poder judicial, de los medios de comunicación, y de expresiones políticas que pretenden frenar los avaneces feministas y seguir dejando en lo privado la violencia sexual contra la infancia.

El proyecto de desmantelamiento de los servicios de igualdad en Andalucía, las sentencias y justificaciones de agresiones sexuales en grupo, los intentos de legalizar los vientres de alquiler, la presión a través de algunos sindicatos para regularizar la prostitución…, son muestras de que asistimos a una reacción organizada y dispuesta a afianzar y recuperar privilegios.

Las organizaciones en defensa de los derechos de la Infancia, que actúan frente a esta situación, son un objetivo a abatir. Un movimiento muy nuevo, pero que ha logrado crear una red de colaboración, flujo de información y proposición de alternativas (modificación y promulgación de leyes, protocolos, buenas prácticas, aplicación de metodologías adecuadas, formación de profesionales …), y que recogieron ya algunas conquistas. Este movimiento, pese a los intentos de difamación y descalificación, está para quedarse, porque es tiempo de que la pederastia, el estupro, las perversas prácticas de abuso y explotación sexual de niñas, niños y adolescentes, sean desterradas de nuestra sociedad.

Lupe Ces, pertenece a la directiva de  AGAMME

Reaçom. Artigo da compañeira Lupe Ces.

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