Compartimos un interesantísimo artigo publicado pola psicóloga clínica, perito forense, experta en vitimoloxía e violencia baseada no xénero Sonia Vaccaro, quen ademais é unha colaboradora habitual de AGAMME. Deixamos a continuación o artigo que se pode consultar na web Tribuna Feminista.

SoniaVaccaro

Cada vez que tengo que escribir, disertar y/o explicitar algo con referencia a este constructoque he rebautizado “sSAP (para no alimentar en los buscadores su confusión con el sistema informático SAP que merece mi respeto diferencial), decía que toda vez que debo explicitarlo, siento una mezcla de pudor, ira y cansancio, producto de sentir que debo explicar “por qué las vacas no vuelan”. Decir esto reconozco que me alivia, ya que puedo comenzar a posicionar a esta falacia en el ridículo y el tedio de tener que aclarar lo obvio. Miira es la consecuencia de pensar que en realidad, quienes tendrían que estar explicitando por qué convalidan un fraude como el “sSAP”, serían quienes lo alimentan y lo utilizan de forma desvergonzada y abusiva.

Mi cansancio es resultado de su eterno retorno, es como que no termina de calar en la mente de mucha gente que el falso “sSAP” es un invento, que no sólo no está reconocido por ningún manual de clasificación de enfermedades, sino que es un constructo misógino, pre-juicioso y formulado ad hoc para castigar a las mujeres, las niñas y los niños que pretendan liberarse del sometimiento patriarcal.

Sólo su enunciado tendría que inhibir a quienes lo utilizan y sostienen sin sonrojar que “no importa cómo se llame pero existe” (sic):

“…el sap es un lavado de cerebro al cual uno de los padres -generalmente la madre-, somete al hijo/a, en contra del otro progenitor -generalmente el padre- logrando de este modo alienar, quitar a ese padre de la vida del hijo/a, para hacerlo desaparecer, pudiendo llegar el niño hasta a creer que su padre abusó sexualmente de él …” y “…el sap aparece sólo cuando existe un divorcio contencioso y en el litigio por la custodia de los hijos…” (Richard A. Gardner, The Parental Alienation Syndrome”)

Si a esto le agregamos la terapia propuesta [para su curación] por su inventor, a la que llamóThreat Therapy (Terapia de la amenaza):

“…en cuanto se diagnostique sap, se debe cambiar inmediatamente la custodia y tenencia del niñoy entregársela al padre falsamente acusado, sin que el niño tome contacto con la madre…sólo se restablecerá el vínculo con la madre cuando al cabo de por lo menos tres meses, el niño y el progenitor alienador sean reevaluados por un profesional, especialista en SAP, que pueda decir si podría restablecerse el contacto con ella…” (Gardner, R The Parental Alienation Syndrome”)

Creo que aquí podría o debería concluir todo: apaga y vamos…Pero no es así… y aquí es donde comienza mi perplejidad… mi sentimiento de comenzar a explicar “por qué una vaca no vuela”

Para empezar: Este supuesto síndrome o enfermedad, ha sido enunciado por un médico estadounidense, Richard A. Gardner, por lo tanto, eso nos sitúa en el marco (supuestamente) de la ciencia. “Lavado de cerebro” en lo coloquial puede significar una cosa, pero en lo científico, sabemos que un “lavado de cerebro” no es ni simple ni fácil de realizar y en todo caso, en un niño o niña, produciría secuelas irreversibles que son algo más que “sólo”rechazar a un padre.

Segundo: La infancia tiene características diferenciadas de acuerdo a su etapa evolutiva y está estudiado y comprobado que a un mismo “estímulo” los niños /niñas, no responden igual, sino que lo hacen de acuerdo a su edad, a su etapa evolutiva. Este despropósito de “no sé como se llama pero existir existe” (sic) , ha hecho que se diagnostique “sSAP” en niños de 10 meses de vida.

Tercero: Un niño/niña, no puede “creer” que sucedieron cosas que por etapa evolutiva no puede conocer (escenas de sexo, formas y funciones de órganos genitales adultos, etc.). Tampoco pueden falsearse las emociones, a no ser que podamos inferir que todos los niños que van a los juzgados son actores consumados que falsean sus temores, el temblor de la voz y todo lo que de forma experta un/a Psicólogo/a puede observar de forma evidente cuando un niño evoca algo traumático y doloroso.

Cuarto: Expuesto esto, me pregunto: ¿De verdad los jueces y juezas creen que existe una enfermedad (“sap”) que sólo se diagnostica y surge en los juzgados? Y lo más ridículo: ¿de verdad creen que se curará con la orden judicial de cambio de custodia?

Sin entrar en los cientos de fundamentos que hacen al “sSAP” un representante indiscutible de la llamada junk science (o ciencia basura), como la inversión de la carga de la prueba, la pertenencia de Gardner al movimiento propedofílico NAMBLA y su declarada defensa de la pedofilia como una orientación sexual más equiparada con la homosexualidad, no puedo evitar que comience mi ira y mi cansancio, porque estoy convencida que ningún juez o jueza puede ser tan poco ilustrado/a como para creer esto a pie juntillas, más bien estoy casi convencida que a sabiendas de que es una patraña, quienes lo aplican y legitiman, saben que están legitimando un castigo ideológico.

Tampoco creo en la falta de preparación y conocimientos de profesionales de la Psicología que lo aplican y defienden, creo que su utilización interesada y su defensa a ultranza, tiene otros motivos que exceden el análisis de este espacio, pero que sería muy importante desvelar alguna vez.

Lo cierto es que, en el nombre del “sSAP” se castiga a todas las madres que pretenden denunciar violencia, incesto y maltrato sobre sí y sobre sus hijos/as menores de edad. Se justifica la aplicación de una medida coactiva como el cambio drástico de la custodia y la desaparición forzada de un niño para su madre y el entorno materno. Medida de coacción que la mayoría de los jueces y juezas no serían capaces de aplicar en otros casos con delincuentes consumados para forzarles a nada, ni siquiera a un examen de ADN que permitiría aclarar un delito.

En un excelente y minucioso trabajo de la Magistrada Paloma Marín: Resistencias a la aplicación de la ley integral. El supuesto sap y su proyección en las resoluciones judiciales”, ella señala que el “sSAP” aparece en las sentencias del 77% de las causas civiles y el 23% de las causas penales. Este dato nos demuestra que en los procesos de divorcio es donde la justicia utiliza la mayoría de las veces el prejuicio de “presunción de mentir” que acompaña siempre al “sSAP” y acto seguido ejecuta su castigo patriarcal.

El esquema, aún cuando no se lo nombre como “sSAP”, es el mismo:

1. Una madre denuncia violencia, incesto y/o malostratos (sobre sí o sobre sus hijos),

2. Aún con sentencias anteriores en firme que demuestran el carácter violento del denunciado, la evaluación del equipo psicosocial de los juzgados partirá de la premisa que “los menores están influenciados por la madre” (sic),

3. La jueza/juez lo creerá, pero para reafirmarse, oirá (que no es escucharles) a los niños, oirá a un o una Perito que haya hecho un informe privado (que confunde que es “para la parte” que lo contrató) y que desvela y fundamenta los abusos, violencia y/o incesto.

4. En su fallo, la jueza/juez:

-Denostará al perito privado y su informe (tal como lo ordena la doctrina Gardner),

-Se reafirmará con la ayuda de la o el fiscal, que la “madre los ha influenciado y ha transmitido su  miedo/argumentaciones a los niños”

-No se olvidará antes de finalizar el auto de amenazar a la madre con cambiar la custodia si insiste en sus argumentos.

5. Fin del cerrojo: esa mujer a partir de entonces, no denunciará más si ese individuo pega, viola y/o maltrata a ella o a sus hijos. Los niños aguantarán (a costa de su salud física y psíquica), todo lo que quiera hacerles ese hombre en el nombre del padre y el maltratador se sentirá: más poderoso, impune y omnipotente. Más aún, si cabe. Fin. Se acabaron la violencia y el incesto en la familia. Podemos irnos en paz…

Si esto no es un castigo aleccionador, que alguien me preste las palabras para saber cómo se llama.

Sonia Vaccaro: “No nombre da ‘SAP’ castígase a todas as nais que denuncian violencia”

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